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En marcha la I edición del curso Estrategias de Aprendizaje Colaborativo

Ya estamos en marcha, tras un fructífero periodo de preparación y planificación por parte de todo el equipo de Redefor Europa, el curso Estrategias de Aprendizaje Colaborativo en Entornos Virtuales es una realidad funcionando a pleno pulmón.

curso aprendizaje colaborativo

61 docentes de la Universidad Industrial de Santander, Colombia, se encuentran inmersos en el estudio y práctica de aspectos como las  implicaciones psicopedagógicas del aprendizaje colaborativo, su relación con el enfoque constructivista de la educación, el conectivismo y los estilos de aprendizaje, así como las competencias transversales y roles del docente y el alumnado.

En el primer módulo de introducción se aborda de manera práctica la conformación de nuestros Entornos Personales de Aprendizaje (PLE), sin duda un factor fundamental que facilita la toma de conciencia respecto a un nuevo modelo de aprendizaje  en el que la participación, la colaboración y las nuevas tecnologías juegan un papel primordial.

El PLE que proponemos está sustentado en la colaboración y en la utilización de multitud de recursos tecnológicos que apoyan este pilar, reforzando y facilitando la comunicación, el proceso creativo y el intercambio de experiencias y conocimiento.

Todo ello tiene que ir acompañado de una conexión especial entre las personas, otro punto de partida en el que se entremezclan competencias individuales y sociales necesarias para amplificar el alcance del conocimiento y su capacidad transformadora.

Este cambio requiere un tiempo de estudio, práctica, asimilación, integración… de manera que los fundamentos del aprendizaje colaborativo y su nueva forma de hacer vayan ganando terreno a la confortabilidad de lo conocido.

A nuestros 61 alumnos los felicito por su valentía, por su constante búsqueda del profesional que desean ser, por el esfuerzo que ya están realizando y también por darme la oportunidad de interactuar con ellos y seguir aprendiendo a través del hilo conductor del aprendizaje colaborativo.

Un abrazo a todos los cómplices de este reto,

Leticia Bolumar

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Las dificultades del aprendizaje colaborativo como oportunidad para desarrollar competencias

Las dificultades que presenta el aprendizaje colaborativo son en realidad una vía perfecta para el desarrollo de competencias aplicables a todos los ámbitos de la vida. De hecho, prevenir los problemas, afrontarlos de manera constructiva en caso de que surjan, buscar soluciones equilibradas, llevar a cabo los acuerdos, etc, son aspectos tan importantes como el propio contenido de la materia o tarea encomendada al equipo de trabajo.

Los equipos de trabajo de aprendizaje colaborativo deben tener presente que forma parte de la tarea llegar a consensos, negociar y desarrollar habilidades sociales y de equipo. Esto la mayoría de las veces no sucede de manera natural, y se corre el riesgo de que nos ahoguemos en esa parte del proceso pensando que es algo ajeno que torpedea el buen funcionamiento del equipo.

colaborarEl papel del docente aquí es hacer que los alumnos tomen conciencia de las competencias que tienen la oportunidad de desarrollar, además de planificar la experiencia educativa con una serie de estrategias que pueden servir de ayuda durante la travesía. Algunos ejemplos son:

Reuniones de seguimiento:Una medida en cierto modo preventiva para ir manteniendo los problemas a raya es establecer reuniones semanales donde se exponen los avances del trabajo que se está realizando y  los inconvenientes que están surgiendo para el correcto desarrollo de la tarea. Al abordar los problemas en márgenes pequeños de tiempo, no dejaremos que estos se sobredimensionen.

La asignación de roles: También es una buena herramienta preventiva, ya que existen figuras como la de la persona que controla que las tareas se ajusten a los tiempos de entrega, otra cuyo papel es el de motivar a los integrantes del equipo y revisar que todo avance según los objetivos marcados, etc.

Monitoreo constante del trabajo en equipo por parte del docente:Es necesario un continuo seguimiento de los equipos, sobre todo cuanto estos tengan poca experiencia en el aprendizaje colaborativo. Ante la detección de problemas concretos que están sin resolver, es conveniente que el profesor tenga una reunión en privado con los alumnos para guiarlos en la búsqueda de soluciones de manera amistosa.

Esta intervención del docente debe ser ocasional y no continua. Su objetivo tiene que estar encaminado a resolver las diferencias  de manera independiente, pero si no es posible la acción del profesor debe consistir en plantear al estudiante el comportamiento que está ocasionando el problema y solicitar su ayuda para que la situación cambie.

Hay que intentar evitar la reasignación de personas a equipos diferentes, y solo hacer esto en casos en los que no haya otra manera de solucionar el problema, ya que forma parte del proceso la resolución de conflictos y los beneficiará a medio plazo con mayores habilidades para la negociación y mayor autoestima.

También es necesario recalcar que cuando el profesor expresa su confianza en que los alumnos son capaces de superar los conflictos los está ayudando a que crean en ellos mismos y superen las adversidades pese a los esfuerzos que esto pueda suponer.

Sugerencias del profesor: Gracias al monitoreo de los equipos, el profesor debe hacer sugerencias que vayan en  la línea de evitar conflictos o hacerles tomar conciencia de los problemas que pueden ocasionar determinadas pautas que se están produciendo en el equipo.

Cuestionarios sobre satisfacción del trabajo en equipo: El profesor puede pasar cuestionarios de satisfacción para saber si los alumnos están satisfechos formando parte de su equipo.

Alumnos con excesivo protagonismo: En el trabajo en equipo no hay líderes, esto es muy importante tenerlo presente. La aportación de cada uno de los miembros es tan importante como la de los demás, de ahí la relevancia de hacer una buena selección de los miembros, pese a que en muchas ocasiones, sobre todo cuando son acciones formativas puntuales, es muy difícil ajustar este tipo de cuestiones quedando en alguna medida sometida al azar.

Algunas estrategias para mantener una estructura horizontal en el equipo son:

-Promover la participación equitativa entre grupos haciendo sentir a los miembros del equipo que tienen roles únicos dentro de él y que su rol es indispensable para el éxito de la tarea.

-Pedir un solo resultado por equipo, asignar roles e intercambiarlos, dar a cada miembro recursos críticos diferentes, escoger a un miembro del equipo para que explique y resuma los resultados y los métodos empleados y después asignar la calificación lograda por él a cada miembro del equipo.

Desconocimiento de las normas: Es muy positivo que los estudiantes realicen un ejercicio en el que plasmen los comportamientos que consideran que perjudican al trabajo en equipo y elaboren un código ético para a continuación llegar a un consenso y fijar un documento común que será revisado por el docente.

Alumnos que no participan: Una estrategia que da buenos resultados para asegurar la participación equitativa de los miembros de un equipo es la distribución de roles, de manera que los alumnos tienen marcada una labor clara y necesaria para el funcionamiento del equipo. De esta manera ganan en seguridad y autoestima pudiendo superar desde mejor posición la timidez, las inseguridades, etc.

Conocimiento por parte del docente sobre estrategias para la resolución de conflictos: Modelos como el Pensamiento lateral[1] o  Resolución de problemas 8-D[2] pueden dar al docente nuevas perspectivas para guiar a los alumnos en la resolución de conflictos, pero como conocimiento básico es necesario que sepa reconocer el origen del problema para poder actuar, de manera que detecte si el conflicto surge por problemas de comunicación, relación, necesidades, valores, etc[3].

[1] Para conocer más acerca del método para la resolución de problemas Pensamiento lateral: http://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_lateral

[2] Más información en esta página web: http://www.pdcahome.com/las-8d/

[3] Para profundizar en los tipos y técnicas para afrontar conflictos se recomienda consultar los siguientes sitios web:

http://news.psykia.com/content/los-conflictos-tipos y http://www.slideshare.net/epampliega/tcnicas-para-la-resolucin-de-conflictos

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Conectando hemisferios

 

Últimamente ando sumergida en las propuestas educativas de la Disciplina Positiva http://disciplinapositivaespana.com/  y sin buscarlo conscientemente ha resultado que el aprendizaje colaborativo guarda una estrecha relación con este enfoque pedagógico realmente apasionante para mí, ya que supone una vía muy válida para desarrollar habilidades que tienen que ver con un concepto que está ocupando mi atención y curiosidad en los planos familiar, personal y profesional, definido por Daniel Siegel como la «integración» del hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo del cerebro. 

Para conocer más acerca de Siegel, autor de la más que recomendable obra «El cerebro del niño» o «La crianza de los hijos de dentro hacia fuera» y acercarte a sus inspiradoras propuestas, puedes consultar su web en http://drdansiegel.com/

Para mí esta «integración» ya se ha convertido en un auténtico reto, de esos que gustan por ambicioso y alcanzable. Dicho en otras palabras, este reto consiste en conectar y coordinar los recursos mentales que poseemos, tanto emocionales como racionales, que operan desde diferentes zonas del cerebro y que con demasiada frecuencia solemos utilizar aisladamente.

Una buena salud mental depende de cuán integrados tengamos nuestros recursos mentales para hacerlos trabajar  coordinadamente, de manera que el hemisferio izquierdo, donde se encuentra nuestra capacidad de razonamiento y lógica esté conectado con el hemisferio derecho, allí donde suceden las emociones. De igual forma ocurre con la zona superior del cerebro, región donde está la capacidad para ver nuestras propias acciones de una manera reflexiva, y con la parte inferior, zona en la que tienen lugar nuestras reacciones viscerales y de supervivencia.

Dicho así puede resultar una obviedad, pero realmente pocas madres, padres o educadores se molestan en atender y conocer cómo funciona el cerebro de los niños, y todos hemos sido niños, por lo tanto, crecemos y construimos nuestra mejor herramienta para desenvolvernos en la vida, sin que nadie nos haya guiado con conocimiento de causa para alcanzar todo nuestro potencial de salud mental. Más bien, es bastante común que la interacción educativa se convierta en un constante torpedeo a ese fin, lo cual provoca que no siempre se llegue a la etapa adulta en las mejores condiciones posibles…yo lo veo todos los días ;).

Al abordar este tema en niños y en adultos me surgen marcadas diferencias acerca de las estrategias que podemos utilizar. Por ejemplo, mi experiencia con los más pequeños es que ayudarlos para que conecten sus emociones negativas con su capacidad reflexiva es de lo más grato que pueda existir, es algo así como guiar hacia una nueva puerta que se abre dentro de ellos y que les posibilita disminuir su malestar ante emociones de frustración, ira o tristeza, tan comunes en los niños. Sorprende comprobar cómo ante una situación de caos emocional, con una pequeña intervención del adulto para que el niño tome conciencia de la emoción que está sintiendo, poniéndole nombre, y ayudándolo para que identifique aquello que  detonó esa sensación (todo ello envuelto en un abrazo), es capaz de hacer cambiar su disposición inicial y avanzar hacia un estado de ánimo más positivo.

En el caso de los adultos, somos nosotros mismos los que tenemos que gestionar esta «integración», para lo cual, como he mencionado anteriormente, es importante conocer cómo funciona nuestro cerebro y hacer de las decisiones que tomamos ante experiencias que nos desestabilizan, la oportunidad y el escenario donde ir dibujando un nuevo mapa cerebral, más interconectado, sano y capaz.

Aquí entra en juego el aprendizaje colaborativo, donde intervienen una variedad de situaciones que pueden ser una rica fuente de experiencias en las que tenemos que aunar nuestra capacidad lógica y reflexiva para aprender aquello que nos proponemos, con distintas emociones sobre nuestro propio papel en el equipo y nuestra relación con sus  miembros. El objetivo es claro, puesto que se trata de solucionar una tarea de manera colaborativa y nuestras decisiones deberán ir encaminadas a aquello que propicie un buen resultado. Entrenar la habilidad de solventar los escollos que vayan surgiendo es un trabajo de «integración», de ahí que entre las competencias que se entrenan en el aprendizaje colaborativo se encuentren la autogestión, autonomía, responsabilidad, empatía, creatividad, flexibilidad…

Creo que seguirán surgiéndome más y más beneficios del aprendizaje colaborativo,  me pregunto cuál será el siguiente. El curso on line de Estrategias de Aprendizaje Colaborativo que he elaborado junto a Redefor http://www.redefor.eu/ seguro que contribuirá a despejar esa incógnita…

 

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